miércoles, 7 de julio de 2010

PERDÓN POR BORRAR

A mis humildes pero fieles 4 seguidores:

Antes que nada, aclaro: humildes por ser poquitos.
Les pido perdón porque borré algunas entradas . Se trata de cuentos cortos que, en algnos casos, escribí en un taller de cuento que hice por un breve tiempo y otros, previo al taller.
Simplemente decidí que quiero resguardarlos, por si algún día, quien sabe, se me da por hacer algo con ellos...

Saludos!
Ana

domingo, 24 de mayo de 2009

¿TE ACORDÁS PABLO? : AQUELLAS TARDES DE TORTONI

Acabo de volver de una tarde de turista en BA. Después de caminar por Av. De Mayo hasta Plaza Congreso ida y vuelta, teníamos ganas de tomar un café en el Tortoni.
Nos encontramos con las puertas cerradas, una suerte de anfitrión organizando la entrada de la gente, y una cola no muy larga, en la vereda. Pregunté al buen señor, quien me indicó la espera rondaba los 30 minutos. Esperamos apenas 5, y nos fuimos a buscar otra alternativa.
Luego me acordé que, ya me había pasado esto de no poder entrar al café por estar atestado de gente, principalmente foráneos fascinados por el tango y que pasan largos ratos allí y se bancan las colas. Cabe destacar que en el frente hay un cartel que dice “Academia Nacional de Tango” (eso estuvo siempre ahí?).
Y me quedé pensando en aquellas tardes de domingo (a veces sábados) que destinábamos con mi querido amigo Pablo, a “redescubrir” Buenos Aires, y muchas de ellas terminaban con un café en el Tortoni, entonces, hasta elegíamos mesa!.

sábado, 25 de abril de 2009

HARTA DEL ABUSO DEL INGLÉS

Cada vez más, en nuestro país, leo anuncios comerciales escritos en gran parte en inglés, cuando existen las palabras en español, para decir lo mismo.
En el contexto laboral, ciertas ramas, han adoptado términos técnicos en inglés, y los usamos puesto que son universales.
Pero lo peor está en el uso indiscriminado y gratuito del idioma, para reemplazar al nuestro, en textos y/o explicaciones bajo la creencia de que es más “cool” (a buen entendedor…)
Hace un rato, sentada en un bar del pueblo, mientras hojeaba una revista argentina, leí sólo un párrafo, de una entrevista hecha hace 1 año, a un naciente empresario – o debería decir entrepeneur?- argentino. Y el párrafo, que respondía a la pregunta: “ Qué servicios ofrece tu empresa” , decía así: “ En Mendoza, tenemos una aliada que se especializa en turismo de lujo y estamos organizando private tastings en bodegas que habitualmente están cerradas al público, y en estos viajes privados, los socios pueden almorzar con el winemaker de la bodega, por ejemplo”
Puajjjjj! (Sí, con muchas jotas porque me dio mucho puaj)
Y ni hablar de la sumamente irritante moderna manía de re bautizar nuestros barrios porteños tras los de New York y otros: Palermo Soho, Palermo Hollywood, Palermo Queens, incluso creo que ya hay un Tribeca, pero no estoy segura.
Mejor, no tomen el bondi intentando llegar a Villa Crespo porque parece que el barrio desapareció, como el país de Tom Hanks en la película La Terminal!

sábado, 14 de marzo de 2009

MENDOZA - Abril 2005

Mendoza 29/3 al 05/4/2005

Martes 29
A las 11am nos dejó Sergio en aeroparque. 6 años pasaron desde la última vez que estuve ahí, cuando fui a Puerto Madryn y al mismo tiempo nacía el grupo “las chicas de Madryn”.
Noté cambios muy favorables. El innegable toque de modernización trajo consigo un primer piso – que si ya existía, yo no recordaba-. Y ese inconfundible olor a aeropuerto.....qué bueno, vacaciones!!!.
El vuelo 1416 de Aerolíneas embarcó a la hora prevista. Una vez sentados y prestos a despegar, se demoró unos inexplicables 20 minutos, aprox.
Avión chico, asiento de 3. Fran a la ventanilla, yo al medio y a mi lado un alemán que comenzó a hojear una interesante guía sobre los viñedos. Durante el almuerzo, le pedí en inglés, prestada la guía. Entonces, me encontré con un compa de asiento deseoso de poner en práctica su muy buen español (y yo que quería terminar de lastrar el sanguchito de miga!....) . El vuelo estuvo ok, salvo cuando comenzó el descenso que se movió mucho, aunque solo fue por 10 min.
Llegamos a Mendoza a las 14:30hs. Alquilamos un auto y fuimos directo para el hotel. Gracias a los mapas y al buen trazado de las calles, encontramos el NH Cordillera sin dificultad alguna, en España al 1300.
La primera impresión de la ciudad fue muy buena: una ciudad ni muy grande ni muy chica, organizada, limpia y linda.
Después de pasar unos segundos en una habitación que no nos gustó por estar ubicada justo frente el gym, el cual abría a las 8am, pasamos por una ocupada , en la cual casi perdemos las fosas nasales por el garco del ocupante!. Finalmente, nos quedamos con la tercera y con el gran manchón de humedad en el techo, provocado por el aire acondicionado.
Cama queen, colchón súper cómodo. Nada de acolchado, solo unas colchitas muy lindas en color crudo, re livianas pero que abrigan mucho (Ay! Perdón! Me copé con el ojo hotelero).
Salimos con el auto hacia el Cerro de la Gloria, en el Parque San Martín. En el cerro, como es de esperarse, se encuentra el monumento a SM.
El monumento es grande y ostentoso. Gracias a que había una guía con otros dos turistas, supimos que en el lado principal están representadas la salida de Mendoza y la vuelta. A la ida, los caballos al igual que los soldados, van erguidos, listos para combatir. A la vuelta, los caballos se ven flacos y cansados, con las cabezas gachas, pero los soldados se mantienen erguidos a pesar de todo.
El parque consta de 419 has. Fue diseñado por Thays, por eso se ve una clara similitud con los bosques de Palermo y el Rosedal (el parque tiene el propio). Un dato interesante: Thays parquizó el predio ubicando una hilera de árboles de manera tal que el viento proveniente de las montañas se purificara al atravesar los mismos, y así la ciudad recibiera aire puro. Si hoy en día esto se cumple, no lo sé!.
Salimos a cenar temprano. Fuimos a Azafrán, en la calle Sarmiento ( a 7 cuadras del htl). Se trata de un restaurant al estilo de Cumaná y del Gato Negro- Cumaná por lo criollo de la ambientación, y Gato Negro por las especias a la venta que se exhiben en frascos de vidrio en medio del rest-.
A su vez, a la entrada, tiene una cava con una pequeña barra donde podes sentarte a tomar vino. También allí, elegís el vino q vas a tomar con la cena y te lo llevas a la mesa. Después te lo suman a la cuenta, guiándose por el cadáver.
Servicio: excelente. Comida: Excelente. Precio: $80 propina incl. Nos deleitamos con unas deliciosas y abundantes tapas para luego seguir con unos buenísimos platos principales, acompañado todo de un exquisito Lurton Malbec (vino local).

Miércoles 30
7am, desayuno en el htl (volvieron los huevos revueltos! Rico!!, aunque sin panceta porque está cara, bu). Luego, salimos hacia San Rafael. A 220kms al sur. La ruta va paralela a la cordillera.
El camino hasta el cañón del Atuel, en el dique de Valle Grande, es espectacular, incluyendo el cañón en sí, claro, que es una maravilla.
El río tiene un color verde divino, casi esmeralda, que combinado con los distintos colores de las montañas no podíamos dejar de admirar. A la vuelta, seguimos el camino al Nihuil, pensando que encontraríamos algo potable. Si bien el paisaje es tan lindo como a la ida, lo único que cambia son las aprox. 5 represas, casi todas llamadas Nihuil(1,2 según corresponda) que no representan absolutamente nada atractivo , salvo para aquellos amantes de represas, supongo yo……
La ciudad de San Rafael no es como Mendoza, pero está bien.
Ya de vuelta hacia Mza., pasamos por Bodegas Bianchi(hacen vino y champagne). La bodega es enorme, bien puesta. El recorrido, interesante. Durante el mismo aprendí que: el champagne (o debería decir vino espumante dado que el champ. es el proveniente de la zona homónima) se estaciona por 1 año y ½ o 2. Una vez embotellado, se lo tapa con la tapita de chapa tipo cerveza. Durante el estacionamiento, los sedimentos se acumulan en el cuello de la botella. Para moverlo, se congela el pico de la botella, se destapa con un destapador común y corriente, se rellena el faltante (en el proceso se pierden unos pocos mls) con vino blanco y se encorcha. Todo este proceso se hace manualmente (se puede ver en le recorrido), excepto el encorchado para el cual usan una máquina.

A esta altura, el simple dolor de garganta que empezó en Colonia el lunes, se había transformado en un molesto principio de gripe. Una vez en el htl, aproveché el sauna seco por unos 15 min.

Cena: en Tasca España, en Montevideo, frente a la plaza tocaya. Es un lugarcito con unas 10 mesas y mucha onda. La paredes coloradas están cubiertas de posters relacionados con el vino. También tiene algunos cuadros y boludeces.
Nuevamente, el servicio fue buenísimo. Al no haber gambas, tuve que contentarme con un mis de mariscos con miel y papas, sugerido por la amable camarera que resultó muy apetecible. Fran comió una cazuela de mariscos. Esta vez acompañamos con un Alfonso roca Malbec (tb local). Total cena: $60 prop. Incl.

Jueves 31
Arrancamos bien temprano rumbo al Aconcagua. Hacía frío, y a medida que subíamos, la temperatura bajaba y bajaba. En el camino, llevamos a un mochilero que hacía dedo. Fabián, alemán, con quien hablamos en un fenomenal español que había aprendido durante su estadía en Arg. de 3 meses. En Las Cuevas, pueblo en la base del cerro donde está el Cristo Redentor (ni idea el nombre), paramos en el refugio, y Fabián siguió su camino. De pronto me pareció ver que caía nevisca, pero pensé que no podía ser , si estábamos en Marzo.
Al lado del refugio, el cual consiste en un arco de piedra bastante pintoresco y muy montañés por supuesto, hay un “negocio” de artesanías. Entramos al local para comprar algo caliente para tomar, y nos sorprendieron invitándonos con chocolate caliente. Ahí nos confirmaron que, en efecto, era nevisca, que en la cima del cerro estaría nevando ya que la temperatura andaba por –1. Por esta misma razón, los afables dueños del local (padre, madre e hijos), nos empezaron a arropar. Nos dijeron que estábamos desabrigados) e insistieron en prestarnos camperas y gorros (a pesar de tener las nuestras). Además, nos dieron una carpeta –para que vayan leyendo mientras suben –. Allí nos enteramos que era el anteúltimo día habilitado para subir, ya que después cierran los accesos debido a los temporales.
Emprendimos el resto del trayecto hacia la cima. Son 8 Km. de ripio. Abrí la carpeta e inmediatamente me sonreí con las primeras palabras “Lea esto en voz alta para compartir con los demás ocupantes del coche...” Desde ya que hice caso y empecé a compartir con Fran. No me daban abasto los sentidos para mirar el fabuloso paisaje, leer y prestar atención a las curvas peligrosas que nombraba el escrito. Cada vez se nublaba más, el Aconcagua empezó a quedar escondido tras las nubes. Llegamos al Cristo, y efectivamente, nevaba y hacía un frío de cagarse. El mismo monumento es la frontera con Chile. Aprendimos que se puso allí con el objetivo de simbolizar las paz y amistad con el país vecino (¿? ... Delirios o simplemente buenas intenciones de otras épocas).
Volvimos al negocio para devolver lo prestado y para demostrar nuestra gratitud, compramos unas gredas (cazuelitas de barro). Detalle: para ese entonces, yo tenía la garganta en llamas, mocos al por mayor y un oído tapado no por la altura sino por la congestión. Tampoco sabía en ese momento, que lo que yo llamaba cazuela se llama greda. Entonces, Fran me mostró un papelito que decía “cómo curar la greda”, y yo que sólo pensaba en mis desagradables síntomas, creí que me estaba dando una receta casera para curar la gripe. (¿¡Qué bestia no!?, todavía nos cagamos de la risa).
Seguimos bajando. La primer parada fue el Cementerio de los Andinistas. Lo de parada es casi figurativo, ya que si bien detuvimos el auto, fue solamente para sacar una foto sin siquiera bajarnos. Ni en ese momento ni ahora entiendo por qué la gente se toma la molestia de visitarlo, cuando se trata de un montículo de tierra con piedras alrededor. Tendrá valor sentimental, claro, pero......
Al costado de la ruta hay unos palos colorados con medidas marcadas. Son para medir la altura de la nieve.

Puente del Inca: Sin palabras. Para quienes conocen, ya saben de qué hablo. Se trata de un accidente geográfico. La piedra es amarillo por el alto contenido de azufre del agua. Que a su vez, es termal: hay pequeñas piletitas o más bien son como pequeños pozos, charcos señalizados, donde uno puede meter la mano y sentir la temperatura dl agua. Buenísimo para el frío que hacía. Vimos las ruinas del htl, los baños. Increíble.

Siguiente parada: Base del Aconcagua. Como le dije antes, estaba re nublado y nos e veía una mierda. Pero, hicimos el pequeño recorrido sugerido, cuesta arriba (entre los mocos y la altura, ¡cómo costaba respirar!). Nos sirvió para aprender sobre el cerro.

Luego pasamos por Penitentes, el centro de ski. Resulta deprimente, hay unos pocos edificios en muy mal estado. Volviendo llegamos hasta Potrerillos, donde tampoco encontramos nada interesante. Tal vez no supimos encontrarlo.

Como estaba tan hecha pelota, volvimos al hotel y siendo las 18hs nos internamos allí con planes de no salir para nada. Baño súper caliente y vaporoso, pañuelo al cuello y cama. Sopita PA la cena de room service y TV.

Viernes 01 de Abril
Lluvia. Dejamos el auto y fuimos caminando hasta le Museo de la Fundación. Está emplazado sonde fue el cabildo, el cual fue reconstruido a partir de otros cabildos contemporáneos y de suposiciones. El 20/3/1861 un terremoto destruyó la ciudad, incluyendo el cabildo. Allí funcionada un matadero (se conserva la zanja original donde se mataba los animales) y un mercado. La ciudad actual fue construida 2 metros por encima de la original. La guía me dijo que el ppal propósito de las acequias era el riego de los campos (lo sigue siendo).
La visita al museo y la caminata ocuparon nuestra mañana. De modo que volvimos al htl, buscamos el auto y fuimos a almorzar al shopping Los Palmares, Nos impresionó la similitud con los malls de Florida, USA. Sobre todo el shopping de West Palm Beach, donde vivíamos. El mismo diseño, el mismo color amarillito, los frisos. Incluso pasando con el auto por otro lugar vimos un edificio de deptos. Muuy estilo Florida, mejor dicho, peligrosamente parecido!!! . Nosotros los argentinos nos caracterizamos por tener la mirada puesta en USA como si fuera un Edén, o al menos durante mucho tiempo fue así. ¿Será que algún grupo inversor está empeñado en hacer de Mza una “Litle Florida” ¿.
En oposición, algo de lo que no zafó ni siquiera esta maravillosa ciudad, es de los limpia parabrisas humanos que te acosan en los semáforos. Pero por suerte, está más controlado que en BA y se remiten a las afueras de la city, a la bajada de la autopista.
Después de este paseo, quedaba día y poco que hacer. Ya no llovía, salimos a caminar por el centro. Tomamos un cafecito.

Otra curiosidad de la ciudad son los Trole. Sí, hay trolebuses (no trabas ni trolos, jeje). Impecables, de aspecto muy ordenado y confortable.
En las plazas (son 5, la principal que se llama Independencia y 4 equidistantes, nombradas tras los países que ayudaron a reconstruir la city después del terremoto) hay varias especies de árboles, cada una con su cartel explicativo. Y , por supuesto, estos carteles no están pintados ni rotos ni les afanaron partes. Las plazas son un lujo, al igual que el resto de la ciudad.

Salimos a cenar temprano, encarando para Chacras de Coria (barrio top, con casas lindísimas, altamente cotizadas, en las afueras, a sólo 10 min.). Fuimos a 180 Bodega y Restaurant, en Italia 6055. Nuevamente, 10 puntos todo. Muy buena la ambientación, el servicio, el vino y la comida. Lo que más destaco es el servicio. Después de haber visitado el 3er. restaurant y ver que el nivel de atención se mantiene, concluyo en que el servicio gastronómico en mza es de primera. Precio: $80.-

Sábado 02
Nefasto!. 6 larguísimas horas atravesando la increíblemente fea y pobre provincia de San Juan, para llegar al Valle de la Luna. 500 Km. de un paisaje chato, tipo estepario, que encima, para cortar la monotonía, cada unos tantos Km. aparecía un grupo de ranchos, nunca más de 2 o 3. Creo que ascender eso a la categoría de rancho es extremadamente generoso. Asimismo, cada tanto, gente ejerciendo el arte de hacer absolutamente nada, mirando el único auto pasar, en este caso nosotros. Simplemente, una gran mierda. Y para empeorar las cosa, atropellamos un perro bastante grande, que nos rompió el paragolpes (el animalito había salido de la nada, detrás de unos arbustos. Hay un trecho de 200 Km. aprox., de ruta sin marcar, con animales sueltos). Unos días más tarde, al devolver el auto, nos enteramos que de pedo el perrito no nos rompió el radiador. Si vieran dónde ocurrió el hecho...creo que si no se tratara de un acto irreversible, me hubiese suicidado!!!.
Mi desagrado alcanzó su punto máximo cuando llegamos a la entrada al Valle, momento en que falsamente creí que la tortura me daría un descanso, para enterarnos que la única manera de visitarlo es con un guía durante 3 interminables horas. Eso o nada. Como no teníamos alternativa, nos sumamos a la caravana de autos que se disponía a comenzar el tour.
El guía, un pelotudo. El Valle, hermoso. Ya vi otros paisajes hermosos, pero ninguno se parece o puede compararse a éste. Me refiero a que, por ejemplo, el nombre lo lleva por el parecido de su superficie al de la Luna.
El recorrido consiste en 5 paradas que se llaman estaciones. Es sumamente interesante, hay una gama enorme de diferentes colores y de distintos tipos de piedras, de diferentes eras geológicas.
Al bajar de los autos en la segunda estación, se acercaron un par de zorritos de lo más sociables. Nota: Fui la primera en verlos, y en vos baja, dentro de lo que pude, le dije a Fran –Mirá, un zorrito – . ¡Para qué! Ipso facto salió una mina casi gritando por la excitación, como los chicos –¡Ay! ¡Zorritos! ¡No hay que asustarlos!– pero pedazo de boluda, pensaba yo, menos mal que no hay que asustarlos. Pero por suerte, resultaron ser muy confianzudos y ni mosquearon.
Altamente recomendable. Pero a armarse de paciencia para el viajecito.

La vuelta fue realmente una pesadilla a lo Freddy Krugger. Los primeros 200 Km. fueron de los más estresantes, ya que corresponden al tramo de ruta sin marcar, con perros, caballos, burros, cabras y vacas cruzándose por le camino. Así que, teníamos la presión de agudizar la vista para detectar a los intrusos a tiempo y así evitar matarnos, y la presión del tiempo que nos corría (el sol se ponía y se veía cada vez menos). Felizmente, pasamos lo peor, y casi llegando a Mza. Pisamos a otro perro. ¡Auch!.
Llegamos al hotel a las 22:30. Nos habíamos ido a las 9hs.
Cabe aclarar que nos lanzamos a tan descabellada aventura pensando que se trataba de unos 300 Km. (no 500), y tras haber consultado a un recepcionista, quien no nos advirtió de nada. Solamente a la vuelta, cuando Fran le contó a otra recepcionista los inconvenientes acaecidos, ésta dijo: –Mi hermano vive en San Juan y no sale después de las 19hs porque la ruta e un verdadero peligro– . Gracias.
Era tarde y estábamos famélicos. Fuimos a cenar a La Sal, en Av. Belgrano y Sarmiento. Ambientación: excelente. Servicio: excelente. Comida y vino: muy buenos. Precio: el más caro que probamos, $110 propina incl.
Ofrecen una opción piola, que son platos para compartir. La carta tiene 3 opciones de cada plato (entrada, pcipal y postre) y añade los “para compartir” , que se trata de una combinación de los otros 3. Pudimos degustar cordero.
Algo fantástico: la distribución del salón. Abajo el sector no fumador y arriba el fumador. Como debe ser, pero muy difícil de encontrar. Había un dúo de guitarras flamencas en vivo. Muy bueno.

Camino al htl pasamos por el casino del Hyatt Regency. Yo estaba tan muerta que después de unos minutos me fui. Fran se quedó jugando al póker, pero no por mucho más. El frente del hotel es lindísimo. Es un edificio antiguo. Me dijeron que antes había sido....oops! no me puedo acordar. En fin, uno de esos edificios majestuosos. Perfectamente mantenido ( al menos el exterior, no entramos), de un blanco impecable. Y la vereda, todas las veces que pasamos, brillaba. En Mendoza era tradición lustrar las veredas con lampaso con kerosén. Aún hoy se puede ver alguna que otra persona haciéndolo. Tan limpitos.

Domingo 03
Devolvimos el auto temprano. De hecho fue Fran. Yo salí a dar una vuelta. Me encantan los distritos financieros los domingos (léase: microcentro de BA, calle peatonal del centro de Mza, etc). La actividad es tan opuesta a la de lunes-a-viernes, es como si el domingo (anche sábado) esas zonas de las ciudades dijeran “ah... ¡qué paz!, voy a cerrar los ojos un ratito”.
Terminado el paseo, volví al htl. Me instalé en el lobby a leer “La fuerza de la razón” de Oriana Fallaci (la italiana controversial). Respecto del libro, puedo decir que si uno se lo tomara muy a pecho, tendría que tirarse al río después de leer las primeras 10 páginas, o bien, salir a matar a mansalva. ¡Wow!.
Fuimos al zoológico, que queda dentro del parque SM. Era un día soleado, ni frío ni caluroso, espectacular para caminar. Una vez adentro, detectamos para nuestro alivio, que no estaba atestado de gente como suele suceder los domingos en los zoo.
El recorrido señalado sugiere 3hs de duración, aunque nosotros lo hicimos en 2. ¡Y eso que no salteamos nada!.
El jardín está compuesto por unos corredores ascendentes. Rodeados de mucho verde, hay monitos que se lanzan de un árbol a otro y/o se cruzan por el camino. Yo, re copada, quería hacerme amiga. Atrás nuestro, venía una señora tan interesada como yo. Y más atrás, se repetía la situación de los zorritos, pero esta vez a cargo de un grupete de 6 acosadores. Chau monos, ellos sí salieron cagando. Hablando de monos, hay miles de jaulas, aparentemente abundan en Mza. También vimos osos hormigueros sueltos.
Es un paseo muy lindo. Entre tanto espacio verde se respira aire puro (salvo cuando te acercas a las jaulas, obviamente). Además, al ser tan grande, abierto y con tanta vegetación, da la sensación de que los animales no están “tan” encerrados. Aunque lo estén.
Yo seguí con mi idea de hacerme amiga de los monitos, entonces compré una bolsita de galletitas para monos. Fui con la bolsa, por todos lados, cual doctor Chapatín, pero ni un solo mono vi. Ley de Murphy a pleno. Al salir le regalé las galle a una pendeja.
Almorzamos fuera del zoo, en un afamado carrito (recomendado pro Sergio, gracias), La Vizcachera, donde lastramos unos lomitos muy ricos.
Volvimos caminando por la ancha Avda. Civit. Atrás, el espectacular portón francés que da la entrada al parque.
A ambos lados de la avenida, casas y edificios de deptos. muy elegantes, señoriales. Todo en una armoniosa conjunción. Por medio del taxista que nos había llevado a la ida, supimos que hay un decreto municipal el cual prohíbe la construcción o apertura de negocios en la avda. (a pesar de lo cual, hay un par de restaurants. Literalmente). Acertadísimo.
Una vez en el centro, no pudimos resistirnos al Fila Store, y aprovechamos los convenientes precios.

Cena: Al encontrar Azafrán cerrado (cierra los domingos), volvimos a la Tasca. Esta vez pude saborear unas escasas pero sabrosas gambas. Casi al final de nuestra cena, se sentó a la mesa vecina Tone.
Tone es un muy simpático Eslovenos de 44 años que viajaba solo. Estaba allí para encontrarse con su amigo mendocino. Al escuchar que le pedía un aperitivo a la camarera, y cuando ésta le respondió que había de durazno, y a su vez, él puso cara de “no tengo la menor idea de lo que estás diciendo pero traelo igual”, Fran se solidarizó y ofició de traductor. Así empezamos a hablar. Pasó un rato hasta que Tone, tímidamente, decidió llamar a su amigo quien llevaba 45 min. de retraso. Entonces el pobre Tone ese encontró con que su amigo estaba cansado y no iba a salir. Con Fran nos miramos, y de inmediato nos dijimos –tenemos que hacerle la gamba, pobre tipo– a pesar de que estábamos a punto de pedir la cuenta. Nos quedamos nomás. Él, por su lado, no dijo nada pero a modo de agradecimiento, pidió una botella de vino y 3 copas.
Salimos los tres juntos del restaurant, Fran medio mamado. Era la 1. Nos despedimos de Tone frente a su htl, que queda a 1 cuadra del NH, y nosotros encaramos para el casino. Así como entramos, dimos media vuelta y nos fuimos.

Lunes 04
Dejamos de madrugar. Nos levantamos cuando no tuvimos más sueño.
Caminamos por ahí, viendo un poco de barrio. Almuerzo frugal en el centro.
A las 14:30 nos pasó a buscar por el htl el tour de 4hs ($24 c/u) contratado para ir a las bodegas. Casualmente, nos encontramos con Tone quien tenía el mismo plan.
Visitamos 2 bodegas. La primera, El Cerno, es una bodega pequeña, que se maneja como tal, de manera bastante artesanal. La fecha de envasado la ponen en birome. Incluso conservan la cava original (al principio eran piletas, cuando se dedicaban al vino “patero” – vino que se elabora moliendo las uvas con los pies).
El guía, borrachín experimentado, nos enseño a degustar los vinos y a reconocerlos por los tonos. Violeta, vino muy joven; rojo rubí, óptimo; rojo ladrillo, viejo. Para ver el tono, hay que reclinar un poco la copa sobre algo blanco. ¡Muy buenos vinos! .
Elcerno@laner.com.ar.
Cuando salimos de la bodega, Tone nos comentó al pasar, que su padre era viticultor y que en su casa tenía una cava. Personaje muy piola. Por lo que nos contó, creemos que es ingeniero. Costaba un poco descifrar el inglés con fuerte acento esloveno.
Segunda bodega: Winert. La oposición. Tremendo tamaño, edificio antiguo con fachada de piedra en excelentes condiciones. En este caso, nuestro guía era el sommellier. Creo que esa suerte se la debemos a los 10 turistas de habla inglesa que venía en la van (mientras que solamente 7 éramos de Arg. y Uru). También tuvimos degustación, pero sin lección, orientada netamente a la venta. Exitosa, dicho sea de paso. Para recordar: nos comentó Lionel, que la cosecha 2005 no salió buena.

El tour terminó con la visita a la iglesia de la Virgen de la Carrodilla, Protectora de los Viñedos. Parece que un año llovía muchísimo, los locales sacaron la imagen de la virgen fuera de la iglesia y dejó de llover. Muy rústica, incluía en su época, viviendas precarias que daban al patio central de la misma.
Frente a la iglesia, un boliche que vendía unas empanadas de carne, recién sacadas del horno, infernales. Afuera, unos cuantos pedionditos.
Y el inevitable –¡me dá una moneda! – (sí, sin la S, con énfasis en la A, y con signo de exclamación porque ése es el tono de la pregunta)
Una vez en le hotel, intercambiamos mails con Tone. Fotos.
Cena en Azafrán. Nuevamente, exquisito. Aunque me quedé con las ganas de las milanesitas de cordero porque no había. Esta vez acompañamos con un malbec, El Felino, de Paul Hobbs.

Gracias por la información y consejos a Sergio y Ma. Inés, y sobre todo a Pablo , su mail nos acompañó en todo momento.

Martes 05

Habíamos pedido un llamado de despierte para las 09hs. Cuando sonó el teléfono, atendí creyendo que de eso se trataba, pero para mi sorpresa la que nos despertaba era Fernanda B. A raíz de mi ausencia y por enfermedad de mi compañera de oficina , Norma, la mandaban 2 días a Colonia a gerenciar. Y en su desesperación, causada por la incertidumbre que le generaba cruzar el charco, no pensó que estaba despertando a alguien a las 08hs en sus vacaciones. Encima, me tiró una bomba que no me permitió conciliar el sueño nuevamente.
Dadas las circunstancias, nos levantamos, desayunamos, y salimos a caminar por ahí. Hasta que llegó el momento de tomar el taxi rumbo al aeropuerto.
El vuelo salió en hora. Buen vuelo. Buenos Aires. Fin.




viernes, 13 de marzo de 2009

AVISO

Antes de empezar, aviso que este blog contendrá pura y exclusivamente, boludeces.
Sí, nada de pensamientos profundos, o reflexiones sobre la actualidad o datos interesantes.
Eso se lo dejo a los que saben hacerlo. Lo mío, son las boludeces.
Cordialmente,
Ana